San Valentín era, antes de ser santo, un cura que daba misas es un lejano pueblo de un lejano país, a principios del siglo III. El padre Valentín mostraba una especial atracción por los niños, le gustaba jugar con ellos, arroparlos, llevarlos a pasear al monte y acompañarlos dentro del confesionario para que cuenten sus pecados a Dios y limpien su alma.
Un día, el hijo pequeño del emperador de ese lejano país huyó de la fortaleza de 3 pisos, frente, patio interno, 6 habitaciones, 3 baños, amplio cocina comedor, living, playroom, sin expensas, ABL a cargo del propietario, donde vivía la corte completa. El niño solo huía como una travesura, pero se hizo de noche, se largó a llover y se perdió en el bosque, que estaba señalizado por Macri y no se entendía bien cómo salir. Todas las tropas del emperador salieron a buscarlo, pero el Padre Valentín, que había salido a caminar para probar un invento sensación llamado "paraguas", lo encontró antes, y ofreciéndole un caramelo de cacahuate y panqueque, lo llevó hasta la iglesia. Como el niño estaba sucio y mojado, Valentín, con sus mejores intenciones, lo desnudó para ofrecerle ropa limpia. Cuál no fuera la sorpresa de los soldados del emperador al llegar a la parroquia, encender las luces, entrar a la habitación del cura, levantar la manta de la cama y encontrarlos en tal situación!!! Inútiles fueron los esfuerzos de Valentín en explicarle que él no iba a hacer nada malo con el niño, sino que simplemente le iba a dar ropa limpia.
El niño fue devuelto a sus padres y, años más tarde, fue quemado en la hoguera por bruja. Si, por bruja. Al parecer, Malena Candelmo no sería el primer niño abusado que se convirtió al travestismo.
Valentín fue arrestado, y el emperador tuvo que defender su fortaleza con tres camiones hidrantes ya que todos los padres de los niños que habían tenido contacto con el cura estaban indignados y querían matarlo. Una vez que los camiones se quedaron sin agua, y la multitud estaba más calmada, el emperador les ofreció una dote mensual fija por hijo para calmarlos. Podríamos indicar aquí el nacimiento de una primitiva forma de Asignación universal por hijo, pero nos estamos desviando del camino.
Cuestión que Valentín estaba preso, esperando su condena. Pero como estaban en plena feria judicial, esa condena no llegó, y lo sorprendió la muerte, un 14 de febrero.
Años después, pero muchos años después, unos comerciantes chinos tuvieron un derrumbe en su bazar. La fusión entre vajilla barata, sopapas y algunos juguetes eléctricos y el impacto de un rayo dio origen a una máquina del tiempo. Ni lerdos ni perezosos, decidieron usarla para recomponer su economía. Conociendo la historia de Valentín, y cercanos al 14 de febrero (aunque si tenían la máquina del tiempo no debería importarles en qué fecha estaban a decir verdad), viajaron al pasado para limpiar la imagen del cura, con intenciones netamente capitalistas, a saber: con tecnología desconocida en la época de Valentín (como el microondas, el secador de pelo, el Sea Monkey y los autitos a control remoto) fingieron una serie de milagros que atribuyeron al polémico cura y lograron que la iglesia lo canonize. También se molestaron en crearle una reputación como militante del amor, para, basándose en el día del amigo, crear un día parecido, pero para las parejitas.
Cuando los chinos volvieron a su bazar, ya era 14 de febrero porque los números para setear la fecha estaban en números comunes, no en números chinos y medio que se les complicaba el manejo del reloj. Los jóvenes se agolpaban en lo que quedaba de las góndolas llevando flores artificiales y cajitas de música. Solo con las ventas de ese día, los chinos del bazar levantaron su imperio nuevamente.
Ya nadie recuerda las épocas en que San Valentín no se festejaba, porque los chinos modificaron nuestras costumbres, nuestra memoria histórica, nuestra tradición, nuestra dignidad.
Dicen que a menudo, vuelven a viajar al pasado a instaurar como históricos muchos hechos que inventan deliberadamente para tener satisfacciones comerciales. De momento no hay ningún tipo de prueba, a menos que la mafia china me mate por develar su secreto, y tengan ustedes, queridos lectores, en sus manos la punta de un ovillo para desentrañarlos.

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